De nuestro Corresponsal:
Francisco Rodriguez Nieto
Parece que este verano no es normal, muchos cambios y muchas novedades. Quizás por eso nos decidimos a probar con unas vacaciones distintas. Y nos embarcamos en una aventura, una aventura sobre ruedas.
Pues sí, estamos viajando en autocaravana, y es toda una experiencia. A mí que me encanta ir de hotel y no preocuparme, esto ya es más jaleo. Con razón nos dijo la señora que nos alquiló la autocaravana que después de este viaje íbamos a ser más conscientes de lo que gastábamos, sobre todo del agua. Hay que rellenar y vaciar el depósito constantemente.
En nuestra primera escala y tras una toma de contacto hicimos nuestra primera parada en Sotillo, junto al lago de Sanabria. La verdad es que la experiencia de aparcar y montar dos sillas y una mesita para comer fuera ¡fue una pasada!
Lo que más me llamó la atención fue el silencio y el sonido de la naturaleza, viniendo del jaleo de final de curso y del ruido de la ciudad me encantó el contraste. Una vez comidos hicimos nuestra primera ruta hacia la cascada de Sotillo, estábamos preparados para todo menos para la cantidad de bichos que había revoloteando, toda un enjambre. Por suerte no desistimos y seguimos, después del ascenso llegamos a la zona de la cascada, con vistas al valle. Todo un lujazo, tras disfrutar del paisaje iniciamos el descenso que fue muy divertido saltando de roca en roca. Menos mal que de vez en cuando encontrábamos hitos en el camino, para saber que íbamos bien.
Para acabar el día hemos aparcado junto al lago, con una vista que no creía posible, una calma abrumadora.
Ahora a descansar para seguir con más aventuras.