Nos levantamos un día más dispuestos a trabajar y aprender en nuestro pueblo ya no tan abandonado de Bubal. Después de un buen desayuno y comentar con los compañeros la jornada y la noche de ayer, comenzamos a trabajar en nuestros tajos.
Casa Tiburcio en el tajo de huertos. Casa Mateo con los animales grandes. Casa Fanlo con animales pequeños. Casa Agut en pintura y carpintería. Casa Aines en limpieza y mantenimiento.
Despues de un pequeño almuerzo, nos acercamos al Museo a realizar un taller de antropología con los distintos habitantes del pueblo. El pastor Agapito, el contrabandista Lupercio, la entrañable ancianita Orosia, el maestro D. Felix y el alguacil Crisanto. Entre todos nos han contado historias increíbles del pueblo en su época de mayor esplendor. ¡Que gran caracterización y actuación de los monitores del Programa!
Por la tarde era hora de la yincana, con pruebas de cooperación, destreza e ingenio al aire libre. Junto a nosotros estaba Yolanda, una monitora australiana auxiliar de lengua inglesa, que nos obligaba a conversar con ella en su lengua materna.
Las pruebas de la yincana eran deportes autoctonos de la zona, que hicieron que pasaramos un rato genial.
Al finalizar los juegos estuvimos trabajando en nuestro interesantísimo proyecto de centro titulado «Buscando nuestras raices, una introducción a la etnobotánica». Al finalizar las distintas fases os presentaremos los resultados.
Despues de cenar, unas actividades nocturnas con tiempo libre incluido y directos a la cama.
Mañana promete ser otro día completo de experiencias.