Una de las rutas más bonitas y a la vez más largas que podemos realizar por la Sierra de Gredos (Ávila) es la que discurre desde el pueblo de Navalguijo hasta la Laguna de los Caballeros. Se trata de una localidad de pocos habitantes donde hace unos años realizábamos estancias de una semana en el albergue con nuestros alumnos. ¡Qué recuerdos!
El día está completamente cubierto, aunque las previsiones son bastante halagüeñas a partir de media mañana. Aparcamos el coche en un aparcamiento acondicionado a 1 km del pueblo, situado a 1200 metros de altitud, saliendo por la bonita zona boscosa de pinares al encuentro de la Garganta de los Caballeros.
Una vez que nos vamos adentrando en la garganta, la vegetación cambia completamente encontrándonos ahora únicamente jaras, tomillos y algunos cantuesos. Y como no podía ser de otra manera en un valle glaciar como es Gredos, mucha roca. El paisaje es espectacular.
A nuestra derecha dejamos, después de una bonita pradera, la Chorrera del Lanchón. Se trata de una bonita caída de agua sin demasiada fuerza por la época del año en la que nos encontramos. A continuación atravesamos un pequeño cañón, formado por la imponente mole de roca a nuestra derecha, denominada Cerro de la Camocha. Abajo en el arroyo se observan numerosas corrientes y pozas, con aguas increíblemente cristalinas.
El camino no tiene pérdida con multitud de indicadores e hitos. Por el camino observamos enormes moles rocosas en medio del Arroyo de los Caballeros, vestigios inertes de épocas glaciares. También podemos observar cortes perfectos en numerosas rocas debido al efecto de la gelifracción. ¡Lo que estamos aprendiendo con el guía!
Las nubes han desaparecido totalmente y el día se presenta majestuoso. ¡Nos quemamos fijo! La ruta es bastante sencilla sin demasiados desniveles hasta el momento.
Cruzamos un par de veces el Arroyo de los Caballeros sin ningún tipo de problema, gracias al poco caudal que lleva en esta época del año. Algunas zonas del camino, empedrado con grandes rocas, presentan ahora subidas más intensas.
El Arroyo se hace más ancho encontrándonos con bonitas pozas que nos invitan a darnos un chapuzón.
Refugio con forma de chozo (1538 metros de altitud) de piedra cubierto el tejado por retama seca.
Antiguas mina de blenda (1630 metros de altitud) con restos de la antigua maquinaria.
A lo lejos ya vamos divisando el final del camino, con el Alto de la Cruceta, el Juraco y la Covacha al fondo pero sin divisar todavía el circo glaciar en el que está la Laguna de los Caballeros que no divisaremos hasta estar justo encima de ellos. La vegetación prácticamente ha desaparecido dejando ver la gran cantidad de roca existente en esta sierra.
Refugio perfectamente conservado.
Finalmente, tras un pequeño y duro repecho, podemos disfrutar de la espectacular Laguna de los Caballeros (2030 metros de altitud), que forma parte del no menos impresionante circo glaciar del mismo nombre, cerrado por los picos Juraco, Cerrojillo y Risco de la Ventana. Han sido aproximadamente 900 metros de desnivel que se han realizado fácilmente por la belleza del paisaje.
La quietud del lugar es sobrecogedora. Lo que llaman «Montañaterapia», tan necesaria en esta época de pandemia. Aquí consigues olvidarte de los problemas que estamos sufriendo en estos meses. Y la compañía hace que el disfrute sea aún más placentero. ¡Que paz!
Hemos llegado tarde, por lo que prácticamente no podemos disfrutar del fantástico día que tenemos, descendiendo por el mismo camino rocoso por donde hemos ascendido.
El retorno es bastante sencillo y lo realizamos sin mayores contratiempos.
Algunas cabras montesas pacen tranquilas en las praderas hasta que detectan nuestra presencia.
Gredos tienen algo especial. El paisaje rocoso que lo forma es único en España lo que hace que disfrutemos enormemente sus rutas.
¡Nos vemos en la montaña!
Gredos tiene algo especial. Martín y una cabra montesa.