Ruta hasta la presa rota del Cañon del Tera

Con el autocar lleno de Senderistas de «La Senda de Arroyo», nos vamos a realizar una ruta en las proximidades del Lago de Sanabria en la provincia de Zamora. Salimos a las siete de la mañana haciendo una parada en Mombuey, donde tomamos café. Continuamos hacia San Martín de Castañeda tomando una desviación hacia la Laguna de los Peces, parando en un apartadero junto a la carretera sin llegar a la Laguna misma. Estamos dentro del Parque Natural del Lago de Sanabria, dentro de la Red de Espacios Naturales (REN) de Castilla y León.

Comenzamos a andar, guiados por nuestro compañero Andrés, en la zona de Piedro Veladera en un continuo ascenso de unos 250 metros, bastante tendido y con un decorado de roble melojo y sembrado del amarillo del piorno (genista), que está en plena floración.

Llegando a la zona llamada de Peña Mesa empezamos a bajar en dirección al lago de la Cueva de San Martín de Castañeda por un camino de piedras y alguna que otra zona de turberas, debido a los diferentes riachuelos que va a converger al río Tera fruto de las pocas nieves caídas este año.

Rebasando unas chozas que sirven de refugio al ganado y cabañas de pastores, hoy sin uso, llegamos a un punto donde se divide el grupo entre los que continuarán hasta la Presa del Tera y los que se quedarán en el Lago de la Cueva. Siguiendo con los que deciden ir hasta la Presa Rota, se debe de remontar el río Tera dejando de lado tres pequeñas lagunas que dan un poco de frescura al paisaje de piedras en el que se convierte el recorrido.

Por fin, llegamos a la Presa Rota, restos que son el recuerdo sobrecogedor de la tragedia del día 9 de enero de 1959 cuando la rotura de la presa de Vega de Tera se cobró la vida de 144 de los 532 habitantes de Ribadelago, situado al final del Cañón del Tera. El muro de contención se derrumbó dejando 8 millones de metros cúbicos de agua embalsada que se llevó 8 kilómetros más abajo muchas casas con sus moradores pudiendo rescatar solamente 28 de los 144 cuerpos.

Una vez en la presa podemos ver la parte que queda en pie, y con el recuerdo del triste suceso regresamos por el sendero de ida, parando a la sombra un rato a comer algo, hasta llegar de nuevo al punto donde se dividieron los dos grupos. Nos acercamos a ver el lago de la Cueva y ya enfilamos el Cañón del Tera, abrupto pero que en algunos lugares nos recompensa con la vista de cascadas, pequeñas pozas, como las de las Ninfas, y sitios donde la piedra y el agua nos refrescan la vista.

Después de casi seis kilómetros de bajada por el Cañón, llegamos al chiringuito de Ribadelago Viejo donde recuperamos fuerzas antes de subir al autobús de vuelta.

El total de la ruta hasta la presa fue de 21,5 kilómetros con un desnivel acumulado de 738 metros.

Gracias por la fantástica crónica Andrés, ¡Una jornada increible!

 

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