Hoy nos acercamos hasta el Puerto de la Quesera (1714 metros de altitud) para ascender hasta la cima más alta de Castilla La Mancha. Se trata del Pico del Lobo en la provincia de Guadalajara. Se encuentra en la Sierra de Ayllón, límite natural de las provincias de Segovia y Guadalajara. Se trata de una cumbre con unas condiciones meteorológicas muy cambiantes, por lo que se hace impredecible si veremos algo al alcanzar nuestro objetivo.
El día amanece espectacular, y las expectativas de poder disfrutar de unas increíbles vistas son muy buenas. Comenzamos la ruta subiendo por una pista nevada, marcada por una señal que marca 7 km, hasta llegar hasta Calamorro de San Benito (1872 m).
Desde aquí bajamos hasta el collado de San Benito (1793 m), pasando por el Collado de Prado Llano. En este collado, el hielo que tenemos en la senda nos obliga a colocarnos los crampones para poder avanzar con más seguridad. El día es magnífico, teniéndonos que poner crema para no quemarnos. Desde este collado volvemos a subir por una larga senda bien marcada, cubierta de hielo y nieve hasta alcanzar el Cerro del Aventadero (2006 m).
Desde aquí el camino es más cómodo, hasta comenzar la subida a la preciosa ladera helada de Las Peñuelas (2215 m). La ascensión es quizás una de las más duras que nos vamos a encontrar. Cuando llegamos arriba comienza a soplar un intenso viento que nos acompañará durante toda la ascensión.
En este punto ya podemos vislumbrar nuestra meta final. Las vistas nevadas del Pico del Lobo (2274 m) son impresionantes. Según vamos ascendiendo, vemos a nuestra derecha unas increíbles caídas a la estación de ski de La Pinilla y a las paredes verticales del Alto de las Mesas. ¡Da vértigo con el viento que hace!
Después de contemplar estas vistas nos queda una última subida hasta el Pico del Lobo. En la cima un destartalado ¿refugio? en estado de ruina nos protege levemente. El viento continúa soplando intensamente, lo que nos hace tener que comer algo rápidamente y bajar de nuevo al collado.
La vuelta la realizamos por el mismo camino de subida, desviándonos en el último tramo por una senda muy marcada a la derecha, para atravesar un bonito pinar.
Una espectacular ruta, que llevábamos bastante tiempo queriendo realizar, y que ha resultado sorprendente.
A por la próxima… ¡Nos vemos en la montaña!