La tradición manda… Como todos los finales de año, nos hemos acercado a una cumbre a subir el Belén. Se trata de despedir el año con alegría, junto con los que durante muchos fines de semana del año han sido tus compañeros y compañeras de rutas y travesías. Por supuesto, no pueden faltar los dulces y polvorones, adecentados con una copita de champán…
El pico elegido para esta ocasión ha sido el Pico de la Celada, una pequeña elevación de 1598 metros de altitud, cerca de Cervera de Pisuerga, al norte de la provincia de Palencia. La idea es subir y bajar rápidamente para bajar a comer a un buen restaurante de Cervera.
El día amanecía con niebla bastante cerrada, bastante desapacible, lo cual nos obligaba a abrigarnos concienzudamente y colocarnos nuestras polainas. Parece que el tiempo no nos va a acompañar demasiado. Salimos del pueblo de Ruesga (1045 m), por el camino que se dirige a la cola del pantano del mismo nombre, pasando por la zona de acampada.
Lo primero que nos llama la atención es el bajo nivel del embalse para esta época del año.
Después de un par de kilómetros, giramos a nuestra izquierda para adentrarnos en un magnífico bosque de robles. Se trata de una senda con bastante pendiente donde comenzamos a sufrir. Se nota que la temporada esta llegando a su fin, y que ya no estamos tan en forma como al principio. Al finalizar esta primera ascensión giramos a la derecha, siguiendo la senda perfectamente marcada. El bosque súbitamente se ha transformado en un increíble hayedo, salpicado de robles melojos y acebos en las zonas más soleadas.
La niebla poco a poco se va disipado dejando unas instantáneas espectaculares.
La última parte de la ruta es la más dura. Se transita por una zona rocosa sin prácticamente senda, lo que hace bastante complicada la ascensión. A nuestra derecha podemos ver un magnífico mar de nubes con el fondo de Peñalabra, Tres Mares, Cuchillon y Valdecebollas, entre otros.
«Fotógrafo» fotografiado
Oteando el horizonte en busca de nuevas metas
Después de pasar el collado de los Burros, continuamos por una peligrosa cordal hasta el Pico Celada (1598 m). Hacia nuestra derecha hay una caída bastante interesante que la niebla nos oculta.
Llegando a la cima a través de la cordal
Es ahora cuando después del sufrimiento de la ascensión damos rienda suelta a nuestra alegría. Entre cánticos y villancicos, despachamos turrón y polvorones, con buenas copas de champán. Un broche perfecto para un bonito año de rutas y actividades con nuestros compañeros y amigos de La Senda de Arroyo. Colocamos un pequeño y sencillo Belén en la cumbre, como símbolo de la última ascensión del año.
Desde esta cima podemos contemplar Peña Redonda, el Pico Espigüete, Pico Murcia, Pico Cuartas, Curavacas, Pico Lezna, Peñalabra, Tres Mares, el Cuchillón, Valdecebollas… ¡Simplemente espectacular!
Tradicional Belén de las cumbres
Pero todavía queda la bajada. La primera parte es un difícil descenso entre rocas hasta el Pico de Hoyovejas (1516 m). Desde aquí descendemos hasta la mina de cobre de Landillero, a través de una peligrosa y complicada bajada entre hayedos centenarios. Desde la mina el sendero está perfectamente marcado hasta llegar de nuevo al pueblo de Ruesga.
Un fantástico día en compañía de los muchos amigos de La Senda de Arroyo para despedir el año 2018.
Nos vemos en la montaña en 2019…
¡Felices Fiestas!