Durante unos días vamos a llevar a cabo una serie de rutas por los increíbles Pirineos Aragoneses. Nos encontramos al norte de Huesca, en la Comunidad de Aragón, rodeados de escalofriantes picos de más de 3000 metros de altitud, como el Aneto (3404 m), el Posets (3375 m), o Monte Perdido (3355 m), además de pequeños glaciares, lagos y circos de origen glaciar, y una enorme cantidad de preciosos valles y cañones.
La primera ruta la comenzamos en el Valle del Tena, desde el refugio de la Federación Aragonesa de Montañismo o Casa de Piedra (1636 m), muy cerca del famoso balneario de Panticosa, y nos llevará hasta los Ibones Azules. Esta senda forma parte del GR 11 Senda Pirenaica. En los Pirineos, la mayor parte de los lagos y lagunas, tienen origen glaciar, pero además, muchos de ellos, han sido embalsados artificialmente para tener reserva de agua durante los meses de escasez. Una mezcla curiosa que no le quita un ápice de esplendor a estas pequeñas maravillosas joyas.
Iniciamos camino temprano, con una fuerte ascensión bastante retorcida entre roca granítica por la derecha del rio Caldarés. Sorprendentes cascadas aparecen durante la subida. Por el camino pasaremos por el Mirador de la Reina y la Pradera del Bozuelo (1.850 m).
Después de un pequeño descanso, y buscar alguna marmota, subimos por las zetas de la Cuesta del Fraile, hasta llegar al Ibón Baxo de Bachimaña (2.150 m). A la derecha vislumbramos el refugio de Bachimaña.
Desde el refugio continuamos la senda hasta la presa del Ibón Alto de Bachimaña (2.216 m). Ahora tomamos un sendero que nos llevará, ya sin mucho desnivel que subir, y rodeando este bonito lago, hasta el Ibón Azul Baxo (2360 m), y hasta el Ibón Azul Alto o d’Infierno (2406 m). Dos auténticas maravillas donde remojar los pies y comer.
La vuelta se lleva a cabo por el mismo itinerario, aunque algunas vistas pueden resultar completamente diferentes, debido a la luz solar.A la vuelta nos fijamos en unas “formas” que las rocas nos mostraban y que no tuvimos muy claro su proceso de formación.