Para subir al inicio de la ruta tenemos que coger en Balboa unos minibuses que nos subirán hasta el pueblo de Cantejeira.
Cuando llegamos nos enseñaron una típica construcción de esta zona: La Palloza.
Originariamente era para guarnecer el ganado y protegerle de los duros inviernos. Se trata de edificaciones con una base de piedra con un gran tejado hecho de una capa de 80 cm de paja, aislante y totalmente impermeable. En la actualidad se están estudiando estas viviendas por su capacidad bioclimatica y la capacidad que tienen para mantener una temperatura constante en el interior de la vivienda de 12°C.
Desde aquí comenzamos el Camino Natural denominado «La Mirada Circular», hasta bajar de nuevo a Balboa entre robles y castaños de cientos de años de antigüedad. El bosque no es regular pudiendo encontrar también alisos, abedules, etc.
Algunas rampas fueron bastante duras
Durante la ruta subimos al Castillo de Balboa. Construido en el siglo XII por los Caballeros Templarios, esta fortaleza formaba parte de una cadena de castillos donde guardaban los bienes que poseían.
En el pueblo visitamos una exposición de esculturas, realizadas en todo tipo de maderas, de Domingo González.
Simplemente ¡espectacular!
Para finalizar la mañana degustamos una sabrosa comida en el pueblo de Balboa.
¿Quizás al cocinero se le fue un poco la mano con la sal?
Por la tarde nos acercamos a dar un breve paseo por la ciudad de Lugo. Se trata de una ciudad de origen romano fundada en el año 25 antes de Cristo, construida en las cercanías de un castro en la época romana y recibió el nombre de Lucus Augusti.
Debido al poco tiempo disponible visitamos La Catedral y la Muralla Romana, única muralla de esta época completa en el mundo, con poco mas de 2 km de distancia. También paseamos por alguna de las calles interiores a la misma.
Jobar que si se le fue la mano con la sal madre mia…😫