Los Gabarreros, palabra autóctona de la Sierra de Guadarrama, eran las personas que sacaban la leña del monte a lomos de caballerías y la transportaban para venderla. Era su forma de vida y la fuente de ingresos de muchas familias de la zona.
Comenzamos la ruta en el apeadero de La Estación de El Espinar, dejando tras nosotros la torre de la cigüeña, resto de un antiguo aserradero que en su día tuvo más de 100 empleados.
Después de cruzar las vías de tren, permanecemos paralelas a las mismas durante medio kilómetro hasta tomar a la derecha, la Vereda de la Soledad.
Esta vereda discurre, tomando las bifurcaciones que vayan apareciendo a la derecha, paralela al río Moros hasta llegar al Área Recreativa de la Panera.
Una vez pasada el área recreativa y continuando por la pista asfaltada, a la izquierda aparece una piedra donde aparecen versos del Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita, cuando estuvo por estos lares.
Seguimos un tiempo por esta pista asfaltada hasta que atravesamos un arroyo y giramos hacia la izquierda donde contemplamos la derruida Casa del Molino. Aquí es donde primero llegaban Los Gabarreros después de las duras jornadas en el monte para recibir auxilio debido a algún percance o simplemente refugiarse de las tormentas.
Volvemos unos metros atrás y atravesamos una puerta situada a la derecha.
Ascendemos paralelos a la alambrada por las veredas marcadas por el ganado para, posteriormente, tomar un cortafuegos que nos llevará hasta la Casa de las Campanillas.
Esta casa en origen fue una venta de la Cañada Real Leonesa para posteriormente ser transformada en una escuela de prácticas de ingenieros de montes. Durante la transición se convirtió en un centro de reuniones políticas debido a su cercanía a Madrid y su recóndito emplazamiento.
Una vez vista la casa, giramos a la derecha, volviendo hasta La Panera por una pista forestal que forma parte de la Ruta del Arcipreste de Hita.
Una vez en el aparcamiento volveremos a la Estación de El Espinar por otra pista asfaltada al margen contrario del río Moros.