La ruta de hoy comienza en Zarza de Granadilla en la provincia de Cáceres para acabar en la Villa de Granadilla (conjunto Histórico-Artístico) que quedó deshabitada con la construcción del embalse de Gabriel y Galán. Durante el camino iremos pasando, y mojándonos, en los ríos Alagón y Ambroz (afluente del primero), lo que hizo la ruta mucho más entretenida.
Durante los aproximadamente 10 km. de la senda de hoy contemplamos dos tipos de ecosistemas muy diferenciados: la dehesa y el bosque de pinos.
Saliendo del pueblo nos encontramos con el primero de los ecosistemas, la dehesa. En este bioma nos encontramos encinas, alcornoques y otras especies, con estrato inferior de pastizales o matorrales, donde la actividad del ser humano ha sido intensa, y generalmente están destinados al mantenimiento del ganado, a la actividad cinegética y al aprovechamiento de otros productos forestales (leñas, corcho y setas)
Después de unos kilómetros nos adentramos en un pinar. Se trata de un ecosistema que rodea el embalse de Gabriel y Galán cuyo contraste hace del paisaje algo espectacular. Por el camino pudimos contemplar algún anfibio cerca del agua e incluso algún mamífero herbívoro, como un corzo.
Al llegar al pueblo de Granadilla cambiamos el pinar por gran cantidad de eucaliptos rodeando al pueblo. Estos eucaliptos fueron plantados hace años, cuando dejaron de explotarse los campos de olivos. Esta nueva especie, que no es autóctona del lugar y que daña gravemente estos suelos, fue introducida debido a su rápido crecimiento.
Este Villa, totalmente amurallado y rodeado completamente por agua, es una antigua villa amurallada de origen feudal. Desde 1960 (cuando fue ocupada por el Estado) pertenece al municipio de Zarza de Granadilla. Fue desalojada a mediados del siglo XX, al transformarse en zona inundable debido a la construcción del embalse de Gabriel y Galán.
En 1980 la villa fué declarada Conjunto histórico-artístico y, cuatro años después, en 1984, elegida para su inclusión en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados.
Una jornada más, en compañía de los amigos de La Senda de Arroyo, que organizaron la ruta estupendamente.