Los chicos de 2º ESO-PMAR son este año los encargados del huerto escolar. Rastrillo y azada en mano, y mucho que aprender del tema hortícola, han comenzado este proyecto volteando y aireando la tierra para mejorar su drenaje. Fue una tarea difícil, pues la tierra estaba muy seca, pero es esencial de cara a la siembra de las hortalizas de otoño.




Tras mucho remover llegó la parte más “divertida”, abonar la tierra. Al tratarse de un huerto ecológico, y por tanto libre de abonos químicos, añadimos posos de café y excrementos de gallina, lo cual suscitó alguna que otra queja. Se trata de dos buenos nutrientes esenciales para el crecimiento de las verduras.
Al cabo de una semana y aprovechando la predicción de lluvias nos pusimos manos a la obra con la siembra. Elegimos para la ocasión planta de coliflor, romanesco, col rizada, col lisa, escarola y zanahorias. Los chicos tuvieron la oportunidad de familiarizarse con un nuevo artilugio el “sembrador” o “plantador” que despertó mucha curiosidad y risas, pero pronto entendieron su necesidad. Con él hicieron los agujeros necesarios para introducir las plantas, que a su vez iban rellenando con un aporte extra de nutriente: humus de lombriz.





Acompañamos la siembra con plantas aromáticas como el orégano y el tomillo que cumplen una función muy importante, controlar la proliferación de plagas en el huerto. Terminamos la mañana con el acolchado de las plantas, lo hicimos con restos de hierbas y paja, que ayudan a mantener húmedas y protegidas del frío y del calor a nuestras futuras verduras. El tiempo esta vez no falló y por la tarde cayó una buena tormenta. Esperemos que el agua de lluvia ayude a que nuestra cosecha sea abundante y generosa.

Hasta ahora la experiencia está siendo muy positiva para los chicos. Pronto invitaremos a nuestros compañeros de Infantil y Primaria a que visiten nuestro huerto y además…conozcan a una persona muy especial…