En días de mucho calor, que mejor plan que buscarnos una ruta donde podamos refrescarnos. Por ello, nos hemos acercado a realizar la ruta de los refugios del Chorro de Navafría, en plena sierra de Guadarrama. Realmente, en esta época del año no encontraremos gran cantidad de agua, pero el paseo bajo los fantásticos pinos de esta zona, hará que nos olvidemos del sofocante calor. Este lugar está situado en un fantástico pinar que alberga el valle con varios refugios que encontraremos durante el recorrido. Aunque no llegamos a ver todos los refugios, la ruta realmente merece la pena.
Comenzamos la ruta desde el parking del Área Recreativa del Chorro después de pagar una pequeña cantidad por aparcar el coche. Se trata de un complejo recreativo compuesto de un restaurante, mesas, barbacoas e incluso piscinas naturales. Nada más comenzar el recorrido encontramos el refugio del Chorro. Seguimos el camino de la derecha siguiendo la pista forestal ascendente hasta llegar al siguiente de los refugios del camino, el del Peñón. La ruta es muy cómoda y la conversación fluye facilmente bajo estos fantásticos árboles, lo que hace que algunos integrantes del equipo no presten atención a los bonitos refugios.
¡Que bellos ejemplares de pino!
Por el camino, pasaremos pequeñas presas de agua y cruzaremos pequeños puentes de madera que salvan las corrientes de agua. Desviandonos un poco del camino trazado, nos acercamos a ver el refugio de Regajohondo, con un bonito puente de piedra junto a él. Despues de tomar un poco de agua, volvemos al desvío para llegar al Mirador de las Cebadillas.
En este punto volvemos unos metros sobre nuestros pasos para descender por una pista hasta el Chorro de Navafría. Una fantástica cascada de unos 20 metros de altura donde remojar los pies y hacernos unas bonitas fotografías.
Desde aquí, sin cruzar el arroyo del Chorro, volvemos al área recreativa, donde hemos dejado el coche.
¡Es hora de comer!
Aunque las piscinas naturales están secas, debido a la pandemia del COVID-19, nada impide que podamos meter a refrescar nuestros pies en el arroyo ¡Que placer!
Una bonita ruta, aunque por la época del año sin demasiada agua, pero que nos ha hecho escapar por un día de estos tiempos que estamos viviendo.
¡Nos vemos en las montañas!
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