Uno de las cumbres más emblemáticas de la Montaña Palentina es el Pico Curavacas. Esta formado por conglomerados que muestran un color oscuro, como fondo de los numerosos musgos y líquenes.
Salimos de Vidrieros, a unos 1300 metros de altitud sobre el nivel del mar, por al camino de Valdinievas. Pasando la Pontoncilla giramos a la derecha por un evidente camino, por el margen derecho del Arroyo de Cabriles. Desde este momento tendremos enfrente a esta imponente e increíble mole de roca.
Después de varios minutos de camino entre una pequeña arboleda de varias especies de arboles cruzamos el arroyo, y es buen momento de abastecernos de agua, ya que no volveremos a encontrar fuentes por el camino.
Es ahora cuando la subida se hace más dura hasta llegar al Callejo Grande. Intentaremos ir bordeando la gran pedrera que nos encontramos entre grandes rocas y matorrales siguiendo en todo momento las fantásticas indicaciones de los hitos.
En la última parte la canal se estrecha considerablemente por lo que tenemos que poner las manos para subir. Arriba de esta canal, tras un ultimo esfuerzo, llegamos a la cara norte. Desde aquí, subiendo por esta cara norte, es un sencillo paseo hasta la cumbre.
Estamos a 2520 metros de altitud y las vistas de la Montaña Palentina (Espigüete, Pico Murcia, Peña Prieta, etc) y Picos de Europa, entre otras cumbres, son increíbles. Además de un punto geodésico caído nos encontramos un buzón y una cruz.
El día es espectacular y el sentimiento de libertad, brutal. La conversación y el almuerzo se hace especialmente amena con los fantásticos compañeros de viaje y las imponentes vistas. Somos unos privilegiados…
El camino de vuelta lo realizamos por el mismo lugar, pero deslizándonos con los bastones por la gran pedrera sur. La bajada es bastante rápida y divertida, fluyendo a gran velocidad por los pedreros.
Un día perfecto en el comienzo de un nuevo curso escolar. Creo que no hay mejor forma de cargar las pilas para afrontar con fuerzas, los numerosos retos de este curso.