El crepúsculo de los coches

Coches

Los coches están abocados a desaparecer. Este podría ser el resumen del concepto de peak car (o peak car use o peak travel). La idea, planteada por primera vez en el artículo Are We Reaching Peak Travel? Trends in Passenger Transport in Eight Industrialized Countries de la Universidad de Standford, hace referencia al máximo de coches que pueden conducir por una ciudad. Una vez que se alcanza ese pico, el uso de las cuatro ruedas empieza a decaer. La idea es análoga al peak oil, el momento en el que las limitadas reservas de crudo del planeta empiecen a descender. Como el agotamiento del Brent, el peak car anuncia la decadencia de un modelo. En al menos ocho ciudades de países desarrollados, como Reino Unido, Australia, EE UU o Japón, el declive ha comenzado.

Un ejemplo práctico: Londres. Mientras el número de coches en Reino Unido ha permanecido bastante estable desde 1990, en la capital ha habido un cambio significativo. La densidad de población de la urbe no ha dejado de crecer por lo que el número de viajes en coche por día ha permanecido estable. Lo que significa que los recorridos en coche por persona han descendido. “Parece que la capital alcanzó su pico a principios de los noventa. Desde entonces el uso del automóvil ha decrecido y lo va a seguir haciendo”, explica David Metz, profesor adjunto del Centro de estudios del transporte de la Universidad de Londres (University College London).

London-Bike-Superhighway-2

En España, en 2009, había 30.855.969 vehículos y aunque el número no ha decrecido en los últimos años, sí lo han hecho las matriculaciones de turismos, que entre 2002 y 2009 pasaron de 1.408.426 a 971.177. En nuestro país, no ha comenzado el crepúsculo de los coches pero las condiciones para que arranque están ahí. La crisis global ha hecho que la gasolina, a precios desorbitados, actúe como medida disuasoria del uso de las cuatro ruedas. Además, el crecimiento de las grandes capitales fomenta otro modelo de movilidad. En 2008, por primera vez en la historia, más de la mitad de la población mundial vivía en una ciudad; en 2030 se esperan 5.000 millones de personas en las urbes.

En estas capitales afecta el denominado muro de Marchetti. La idea, planteada por un urbanista italiano del que toma el nombre, habla sobre labarrera psicológica que experimenta la mayoría de la gente cuando tiene que pasar más de una hora de trayecto para llegar al trabajo. A partir de ese momento o las capitales dejan de crecer o se vuelven disfuncionales; por esto el tamaño ideal de una ciudad tiende a ser el de “una hora de viaje”. El coche choca con esta idea.

Por otro lado, el desarrollo de la red de transporte público más eficiente y el nacimiento de una nueva cultura urbana favorecen la desaparición del coche. En los setenta, el centro londinense perdía adeptos que cambiaban los autobuses de dos plantas por una vida cochedependiente en los suburbios. En los últimos 20 años esa tendencia ha cambiado. Ahora, los centros urbanos se han rehabilitado, se han puesto de moda y no pueden aguantar los coches en su entorno lo que fomenta el uso del transporte público, el ciclismo o los paseos.

Otro aporte a este cambio de paradigma lo aporta el Nuevo Urbanismo. Este movimiento, surgido en los ochenta y actualizado en los noventa, promueve el diseño de ciudades más amables y cercanas, priorizando al peatón. Su influencia va un paso más allá con elNew Pedestrianism que incluye entre sus dogmas dejar el coche de lado. Puede que sea tarde pero, por suerte, estamos abocados al fin del automóvil; por lo menos tal y como lo habíamos pensado durante todo el siglo XX.

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