Estamos en una zona de gran valor ecológico, declarado Parque natural de las Lagunas Glaciares de Neila en el año 2008. Salimos del pueblo de Neila, en Burgos, junto al Centro de Interpretación, situado a 1163 metros de altitud, con el tiempo amenazando lluvia y las cumbres cercanas cubiertas por la niebla. Atravesamos sus dos barrios o parroquias: Santa María y San Miguel. Particularmente interesante es la iglesia de Santa María.
Caminamos por el camino forestal PRC-BU 202 bastante embarrado hasta la Pradera de los Campillos, con multitud de preciosos ojos contemplándonos curiosos, donde existe una bifurcación. Tomamos el camino de la derecha sin dejar de subir por increíbles bosques de robledales de rebollo, hayedos y acebos. También encontramos pinares de silvestre y pastizales de montaña. Algunas águilas reales también nos observan desde las alturas.
Durante toda la ruta la lluvia no cesa en ningún momento, pisando continuamente el barro. Pero como nos aleccionó el maestro budista Pedro: «busca las pisadas, my friend». Esta zona es un auténtico almacén de aire puro, mostrándose en los líquenes que cubren sus árboles, un magnífico bioindicador de la calidad del aire de este lugar, y en la cantidad de musgo que crece en la cara norte de la mayoría de los troncos y rocas de los árboles de sus bosques.
La gran cantidad de agua de los últimos meses permite disfrutar de gran cantidad de cascadas durante nuestro recorrido.
Según vamos ascendiendo deberíamos contemplar las magníficas vistas del Pico Urbión, del Pico Cabeza Herrera y del Pico Tres Provincias, pero la persistente niebla no nos deja ver estos picos. La lluvia es persistente.
Prácticamente al final, recorremos una zona de pronunciado ascenso de grandes robledales, hasta llegar al Piquillo a 1548 metros de altitud, donde nos encontramos unas formaciones rocosas peculiares. Seguimos sin ver nada debido a la espesa niebla.
La vuelta a Neila la realizamos por una senda distinta a la de subida, por el barranco de Valdehesa, pasando por el Pago de Camporredondo, donde todavía queda nieve de estos meses atrás, hasta llegar de nuevo a la Pradera de los Campillos y regresar al punto de partida inicial.
Al finalizar la ruta nos acercamos al nacimiento del río Neila, que en tierras riojanas se convierte en el Najerilla.
Una interesante ruta donde la niebla y lluvia han sido las principales protagonistas, empañando las fantásticas vistas que teníamos previsto contemplar.
Nos vemos en la montaña…