Nos encontramos dentro del Parque Natural de Aigüestortes, cuya principal seña de identidad corresponde a los más de 200 lagos o estanys, los impresionantes riscos de «Els Encantats» y a sus característicos meandros de alta montaña: las aigüestortes.
Desde la población de Espot nos acercamos con unos 4×4 hasta las proximidades del Lago “Sant Maurici”. Una subida en la que se cruzan la multitud de taxis que realizan el recorrido haciendo de la ascensión una auténtica aventura.
En esta época del año el Lago “Sant Maurici” se encuentra completamente helado, comenzando a deshelarse únicamente sus bordes haciendo peligroso acercarnos a su orilla.
Aquí conocimos a nuestros guías Javier y Montse que nos acompañaron durante todo el trayecto. Desde este lugar tomamos el camino que va hacia la cascada de Ratera y que enlaza con la pista que sube al Lago de Ratera.
Es un camino de continua ascensión sin demasiada dureza entre frondosos bosques de pino negro, abeto, pino silvestre, abedul y haya que constituyen el hogar de multitud de interesantes plantas y fascinantes animales de origen alpino o boreal. Por supuesto no vimos ninguno. Según subimos por la pendiente, a través de pequeños neveros, podemos observar la majestuosidad del Pico “Els Encantans”. Dicen que “si vienes a Pirineos y no ves este pico, realmente no has estado en Pirineos”.
Cuando llegamos al lago Ratera, hicimos una parada para poder contemplar las altas cumbres que le circundan, fijándonos en una pequeña construcción en una de las laderas, que es el Refugio “d’Amitges”.
Una vez que hemos dejado atrás el lago Ratera, y pisando con cuidado de no hundirnos por encima de un gran manto de nieve encontramos una bifurcación que nos llevó al Mirador. El mirador hace honor a su nombre y nos invita a dejar vagar la vista y el espíritu en un paisaje grandioso con la inmensidad del Pico “Els Encantans” por encima de nosotros y la profundidad del Lago “Sant Maurici” a nuestros pies.
Una vez observadas las espectaculares vistas sobre el lago “Sant Maurici” desandamos el camino recorrido volviendo al magnífico lago.
Una vez aquí, nos deleitamos con las sabrosas viandas que habíamos preparando el día anterior. Después de una reparadora siesta, emprendimos el camino de vuelta al pueblo de Espot a través de un tupido bosque de pinos negros, acebos y avellanos entre otras variedades.
Al día siguiente nos dirigimos al Valle de Aran. Antes de salir fuimos a recoger a Baqueira las raquetas que utilizaríamos en la ruta. Una vez recogido el material nos dirigimos al Parking de Orri, donde la gente aparca para poder disfrutar de la nieve y el esquí en Baqueira/Beret.
Después de calzarnos nuestras raquetas enfrente de la estación y con nuestros guías del día anterior, empezamos nuestro viaje, hacia el valle de “Bacivèr”. Siguiendo el camino que hace el propio río y con gran cantidad de nieve en la ruta llegamos al “Lac de Bacivèr”. Es una ascensión bastante pronunciada que en algunos lugares la hacen bastante dura. En esta época del año, una gruesa capa de hielo cubre este lago que hace más impresionante la vista.
Allí bordeamos el lago, por un camino que nos lleva siempre por su ribera izquierda, hasta llegar a la parte final del mismo lago. Seguimos el mismo camino, que nos hace ganar altura poco a poco, y llegaremos a un plateau, donde divisamos los lagos de “Rosari de Bacivèr”.
Estos lagos, que en esta época se encuentran también completamente helados, hacen una forma de “ocho”, ya que donde termina uno, empieza el otro. Allí pudimos contemplar los inmensos picos que circundan los lagos, y paramos a comer. La comida la hicimos con unas de las mejores vistas que se pueden tener en Pirineos, el macizo central, con el imponente Pico Aneto.
Una vez llenos nuestros estómagos, pasamos por el medio de los dos lados, y bajamos de nuevo directamente al “Lac de Bacivèr” que hemos visto y disfrutado durante la subida.
De aquí hasta el autocar ya solo quedaba disfrutar de la bajada observando los restos de los aludes que durante esta época tienen lugar en las laderas de las altas montañas.
Otra fantástica jornada en compañía de nuestros amigos de La Senda de Arroyo que nos ha permitido conocer los increíbles paisajes de esta pequeña región Leridana de Pirineos.