Peña Cuerno, la cumbre más elevada de la Sierra de Pradales (Segovia)

Hoy hemos disfrutado de un día espectacular de senderismo con el Grupo de Montaña de Viana de Cega de Valladolid. Con un cielo despejado y una temperatura muy agradable, hemos recorrido una senda perfectamente marcada desde el pueblo de Carabias (situado a 946 m de altitud) hasta la pequeña localidad Castro de Fuentidueña (1.063 m).

Hemos pasado por la Peña Cuerno, la cumbre más elevada de la Sierra de Pradales, alcanzando una altitud de 1.379 metros sobre el nivel del mar. Ha sido un recorrido en un entorno natural lleno de contrastes, historia y desafíos,

La Sierra de Pradales es un enclave montañoso que se extiende entre las provincias de Segovia y Burgos, dentro de la comunidad de Castilla y León. Forma parte del sistema Ibérico y se caracteriza por sus extensos bosques de pinos, que ofrecen refugio a una variada fauna, desde ciervos y jabalíes hasta rapaces como el águila real.

Además de ser un entorno ideal para el senderismo y la observación de la naturaleza, la sierra también alberga cotos de caza y espacios de aprovechamiento forestal. Su valor paisajístico y ecológico la convierte en un destino perfecto para los que buscamos conectar con la naturaleza.

Iniciamos nuestra ruta poco antes del pueblo de Carabias siguiendo una senda bien marcada que serpentea entre pinares y campos abiertos. El terreno, aunque irregular en algunos tramos, permite avanzar con buen ritmo mientras disfrutamos del aire puro y del entorno natural.

Tras la dura ascensión inicial, el sonido del viento se hace más presente, anunciando nuestra llegada al Parque Eólico «Piedras del Alto». Allí, los gigantes aerogeneradores de 65 metros de altura dominan el paisaje, aprovechando la fuerza del viento para generar energía limpia.

Este punto del recorrido nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre el impacto positivo de las energías renovables y la importancia de reducir nuestra huella de carbono. Esta instalación, en funcionamiento desde 2005, genera electricidad suficiente para abastecer unas 46.000 familias, evitando la emisión de 126.000 toneladas de CO₂ al año. ¡O eso decía el cartel! ¿Y la energía nuclear? ¿No sería una opción viable?

Una vez alcanzamos Peña Cuerno (1379 metros), nos encontramos con una de las vistas más impresionantes de toda la ruta. Desde allí, la meseta castellana se extiende hasta el horizonte, ofreciendo un paisaje de contrastes entre pinares, campos de cultivo y pequeños núcleos urbanos dispersos.

Aprovechamos la ocasión para tomar algunas fotografías, capturando la inmensidad del territorio y la sensación de libertad que nos regalaba el lugar. Con el cielo despejado y la luz del sol resaltando los colores del paisaje, cada imagen refleja la belleza natural de esta zona. Un recuerdo perfecto de una jornada de senderismo inolvidable.

Continuamos avanzando por la senda rodeados de pinares y aerogeneradores. Las fotos son espectaculares.

Nos encontramos con un fenómeno habitual en esta época del año: la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). Estas orugas, que descienden en largas filas desde los árboles hasta el suelo, representan un riesgo tanto para la vegetación como para la salud de personas y animales. Sus pelos urticantes pueden causar reacciones alérgicas graves, por lo que evitamos acercarnos y alertamos sobre su presencia. La mejor estrategia para controlar esta plaga es fomentar la biodiversidad con la presencia de depredadores naturales, como las aves insectívoras.

Mas adelante, encontramos carteles que indican «Coto de caza. Prohibido el paso», recordándonos que estos terrenos están destinados a la actividad cinegética y su acceso sin autorización puede conllevar sanciones. Respetar estas restricciones es fundamental, no solo por seguridad, sino también para preservar el equilibrio entre el aprovechamiento cinegético y el senderismo responsable.

Tras varias horas de caminata, alcanzamos nuestro destino: Castro de Fuentidueña (1.063 m). La jornada ha sido una combinación perfecta de naturaleza, concienciación ambiental y deporte, recordándonos la importancia de preservar nuestros espacios naturales y entender las distintas actividades que conviven en ellos.

Ya estamos pensando en la próxima aventura. ¡Nos vemos en la montaña!