Hoy amanecemos con el cielo nublado y, tras una noche de lluvia, el ambiente se siente nostálgico al ser nuestro último día de trekking en la Cordillera Huayhuash.



Aunque Pancho y Ruth nos preparan un desayuno reconfortante, sabemos que será el último que compartiremos en estas montañas. Tras desmontar el campamento, comenzamos el descenso hacia el pueblo de Llamac, donde nos espera el autobús que nos llevará a Huaraz.

Foto de despedida y cierre de campamento.

Durante el descenso hacia Llamac, nos encontramos con antiguas casas Incas, estructuras que en su momento fueron vitales para la civilización que habitaba estas tierras. Estas construcciones, robustas y diseñadas para resistir el paso del tiempo, ahora sirven para almacenar ganado, integrándose de manera silenciosa en el paisaje rural actual. Es fascinante pensar en cómo estos vestigios del pasado siguen siendo útiles en la vida cotidiana de los pobladores locales, reflejando la continuidad de una herencia que aún resuena en la región. Sin embargo, su presencia también nos hace reflexionar sobre la fragilidad del equilibrio entre la modernización y la preservación del patrimonio cultural.



A medida que descendemos, nos encontramos con las impactantes obras de construcción de una nueva carretera que conectará el pueblo de Pacllón con el campamento Incahuain.

Esta carretera, aunque promete facilitar el acceso y atraer más turistas a la región, también representa un desastre medioambiental. La infraestructura no solo alterará el paisaje natural y la tranquilidad de la zona, sino que también pondrá en riesgo la biodiversidad local, afectando hábitats sensibles y provocando una transformación irreversible en el ecosistema de la Cordillera Huayhuash. Es una intervención que, aunque motivada por el desarrollo económico, podría traer consecuencias devastadoras para el entorno natural que hemos llegado a apreciar tanto durante nuestra travesía.





Afortunadamente bajamos por la derecha, donde la vegetación y las sendas nos recuerdan a la Ruta del Cares en Asturias. ¡Precioso!















La bajada final hasta Llamac resulta agotadora. Al llegar, los guías nos ofrecen un delicioso plato de Pachamanca, un plato tradicional peruano que se remonta a la época preincaica. Se prepara cocinando carne (generalmente de cordero, cerdo, pollo, o cuy) junto con papas, maíz, habas, y otros ingredientes bajo tierra, en un horno hecho con piedras calientes.

La palabra «Pachamanca» proviene del quechua y significa «olla de tierra» («pacha» = tierra, «manca» = olla). Este método de cocción lenta y bajo tierra infunde a los alimentos un sabor ahumado y terroso, lo que convierte a la Pachamanca en un plato festivo y culturalmente significativo.
Una comida tradicional, cierre perfecto para nuestra fantástica aventura.
Después de ocho etapas inolvidables explorando la majestuosa Cordillera Huayhuash, es hora de mirar hacia atrás y reflexionar sobre esta increíble aventura. Cada paso ha sido una prueba de resistencia, pero también una oportunidad para conectarnos con la naturaleza y con nosotros mismos.












































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Gracias a los guías y cocineros, Ruth y Pancho, y arrieros, Alí y Octavio, que hicieron de esta experiencia algo inolvidable. Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a Scheler Huayhuash Trek por su profesionalidad y dedicación durante toda nuestra travesía por la Cordillera Huayhuash.
https://www.schelerhuayhuashtrek.com/

Sus guías no solo han demostrado un conocimiento profundo del terreno, sino que también nos han brindado seguridad y una experiencia inolvidable. Sin duda, repetiríamos aventura con ellos.

¡Incluso nos regalaron una camiseta!
Pero sobre todo, este viaje no habría sido posible sin la compañía de grandes amigos que en todo momento han estado a nuestro lado, brindando apoyo, risas y compañerismo en cada situación. La complicidad y el espíritu de equipo que compartimos han hecho que incluso los momentos más difíciles se hayan transformado en recuerdos inolvidables.

Gracias a todos por vuestra amistad, vuestra energía, y por hacer de esta experiencia algo inolvidable que siempre llevaremos en nuestro corazón.
¡Gracias por hacer de este viaje algo tan especial!
¿Dónde vamos el próximo año?
¡Nos vemos en las montañas!