La Montaña: la mejor aula para nuestros alumnos.

En un mundo cada vez más conectado digitalmente, es fundamental recordar a nuestros alumnos la importancia de sumergirse en la belleza y la serenidad que la naturaleza nos ofrece. Y que mejor manera que una emocionante ruta de montaña coincidiendo además con el Día Mundial de la Educación Ambiental.

Por eso, el Grupo de Montaña del Colegio Ntra. Sra. del Carmen, nos hemos acercado a la montaña palentina para ascender al bonito paraje del Pozo de Las Lomas. Una exigente ruta que pretendemos haya aportado a nuestros estudiantes mejoras en su desarrollo físico, mental y emocional.

Dejamos los autocares a la entrada del pueblo de Cardaño de Arriba. Es una aparcamiento amplio con capacidad para varios automóviles y hasta dos autocares.

En todo momento seguiremos el sendero PR10, con numerosas marcas blancas y amarillas que impedirán que nos perdamos.

Subiremos por el margen derecho del Arroyo de las Lomas por una pista perfectamente marcada, ganando altura paulatinamente. Cruzamos un ramal del arroyo continuando subiendo por el Valle de Cardaño. Por el camino, iremos viendo espectaculares cascadas.

Cruzaremos nuevamente el arroyo para iniciar el ascenso más empinado, por sendero más escondido y entre bastante matorral.

A nuestro alrededor el paisaje es sobrecogedor, con cimas como Pico Espigüete, Pico Murcia, las Agujas de Cardaño, donde nos dirigimos, y muchas más. Nuestro alumnos tienen la posibilidad de explorar senderos rodeados de majestuosos cumbres, sintiendo la brisa fresca en sus rostros mientras conquistan nuevas alturas. Esperamos haber conseguido inspirar en ellos la curiosidad, promover el respeto por el medio ambiente y cultivar habilidades esenciales para su crecimiento integral.

Finalmente llegamos a nuestro destino. Un pequeño collado desde donde se ve abajo, totalmente helado, el Pozo de las Lomas, situado a 2.080 metros. Alrededor de nosotros nos recreamos con cumbres de unos 2.400 metros las buenas vistas del Pico Murcia o el Espigüete.

Y como les habíamos prometido a los chicos ¡Nieve! Ese blanco elemento que durante un rato hizo las delicias de los más pequeños.

La vuelta la hicimos por el mismo camino, disfrutando de un paisaje al atardecer.

Gracias a este viaje los alumnos no solo descubrirán la grandeza de la naturaleza, sino también la grandeza dentro de sí mismos.

Así que, familias, invitemos y acompañemos a nuestros chavales a salir de las aulas y abrazar la magnificencia de la naturaleza. La montaña puede enseñarles lecciones que no encontrarán en ningún libro de texto.

¡Nos vemos en la montaña!

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