Último día de trekking. Seguimos avanzando por el agua por un cañón que se va abriendo poco a poco hasta llegar al comienzo del Valle de las Rosas. En todo momento vamos siguiendo el curso del río Mgoun. Ultima etapa de nuestro trekking ¡Qué lástima! Mira que no duermo demasiado, pero me quedaría un mes más por estos maravillosos parajes…


Hacemos por última vez los petates que llevarán las mulas y nos hacemos la foto de grupo es este extraordinario lugar.








El punto final de este maravilloso trekking es la aldea de Aguerzakka, donde comemos y nos despedimos de los muleros.





Ellos tienen que seguir con las mulas hasta sus hogares para comenzar otro trekking con otras personas. Han hecho un trabajo estupendo y una buena propina es lo mínimo que les debemos. También nos despedidos de Mohamed y Yousef, que aunque nos acompañaran hasta el final del viaje, bien se merecen un reconocimiento por las horas tan extraordinarias que nos han hecho pasar. Lástima la falta de comunicación por no conocer el idioma.


Una furgoneta local, marca Mercedes de mas de 30 años, nos recoge después de comer para llevarnos en unos 90 minutos hasta Kasbah Itran en la localidad de El Kelaa Mgouna. Ya todo suena a despedida.








Antes de llegar, hacemos una parada en un mirador para contemplar el extraordinario Valle de las Rosas, es un hermoso valle ubicado en la región de Kelâat M’Gouna entre el Alto Atlas y el Antiatlas famoso por sus impresionantes paisajes naturales, su cultivo de rosas y su importancia cultural.






Al alojamiento, Kasbah Itran, no puede ser más espectacular. Las kasbahs son estructuras arquitectónicas tradicionales en Marruecos y otras partes del norte de África. Son fortificaciones o edificios fortificados que solían servir como residencias para jefes tribales, así como para protegerse de incursiones y condiciones climáticas extremas. El nuestro se encuentra sobre un mirador con unas vistas excepcionales.




Y las habitaciones son gigantes, típicas de la zona.













Después de organizarnos en las habitaciones, tomarnos un delicioso té, ducharnos y una magnífica cena, nos organizaron una velada nocturna privada a modo de despedida.
Mañana nos llevarán de vuelta a Marruecos y volaremos a Madrid.








¡Simplemente espectacular!
Ha sido un viaje lleno de aventuras, descubrimientos y conexiones profundas con la naturaleza y entre nosotros. A medida que nos despedimos de las majestuosas montañas del Alto Atlas de Marruecos, llevamos con nosotros recuerdos inolvidables y experiencias que han enriquecido nuestras vidas de manera inimaginable.
Hemos caminado por senderos serpenteantes, cruzando valles y ascendiendo a alturas que nos han dejado sin aliento, tanto literal como figuradamente. Cada paso nos acercó más a la grandeza de esta tierra y a la riqueza de su cultura.
Los atardeceres y amaneceres, las noches de los que no podían dormir bajo un manto de estrellas y las conversaciones, comidas y cenas dentro de la haima han creado un vínculo especial entre nosotros.
Que estos días queden grabados en nuestros corazones y que sigamos alimentando el fuego de la amistad y el recuerdo de esta experiencia inolvidable.
El trekking por el Alto Atlas de Marruecos es ya un recuerdo que permanecerá en nuestra memoria para el resto de nuestra vida.

¡Nos vemos en la montaña!
O en esa fiesta marroquí que tenemos pendiente…